Una de las estampas más conocidas de Holanda es la de los molinos de viento Kinderdijk. Este conjunto de molinos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, son el claro ejemplo de cómo los holandeses han sabido controlar el nivel de las aguas por más de 1000 años.
Cómo llegar a Kinderdijk
Kinderdijk se sitúa en la provincia de Holanda Meridional, a pocos kilómetros de la ciudad de Dordrecht y Róterdam. Los famosos molinos pertenecen al pueblo de Kinderdijk, de ahí su nombre, y se sitúan en los pólderes de Alblasserwaard, a las afueras del pueblo de Kinderdijk.
A Kinderdijk se puede llegar tanto en coche como en transporte público y son muchas las excursiones que se ofrecen desde Ámsterdam a Kinderdijk.
En coche
Kinderdijk dispone de un pequeño aparcamiento para coches y otro aparte para caravanas y autocaravanas. Estos cuestan 7,50€ (2,50€ para las motos) y quedan al lado del punto de información para los visitantes de los molinos de Kinderdijk. La dirección del punto de información es: Nederwaard 1B, 2961 AT Kinderdijk.
Otra opción más barata es aparcar al otro lado del río De Lek, en Krimpen aan de Lek, desde donde parten los ferrys hacia Kinderdijk, el llamado Veerdienst Krimpen aan de Lek / Kinderdijk. Este trayecto cuesta solo 1,50€ ida y vuelta.
En transporte público
Aunque la parada de tren más cercana a Kinderdijk queda bastante lejos (en Barendrecht), es posible llegar a Kinderdijk en transporte público, ya sea a bordo del autobús 489 o los ferrys que comunican con Róterdam (20, 202) y Dordrecht (20).
Entradas para Kinderdijk
Aunque pasearse (o ir en bici) por la Molenkade Nederwaard y ver los molinos de Kinderdijk desde fuera es gratuito, son varios los museos que se pueden visitar en Kinderdijk y en los que se explica mejor la función e historia del lugar. Para estos museos necesitarás comprar entrada. Otra forma bonita de visitar los molinos de Kinderdijk es a bordo de los cruceros que se ofrecen.
Precio entradas Kinderdijk (crucero y museos)
Entrada adultos | 18,50€ |
Entrada niños 4-12 años | 6,75€ |
Entrada niños 0-4 años | gratis |
Museos en Kinderdijk
Kinderdijk cuenta con tres molinos abiertos al público como museo. Dos de ellos, los molinos de Blokweer y Nederwaard, se pueden visitar a pie y su entrada es algo más barata que si se coge el tiquet del crucero. Pero el tercer molino, el Overwaard, sólo se puede visitar si vas a bordo del crucero hopper que se pasea por Kinderdijk.
Las entradas para los molinos-museo de Blokweer y Nederwaard se pueden adquirir en la misma taquilla de información al visitante. Estos tiquets dan asimismo acceso a una corta película explicativa sobre Kinderdijk en la sala de máquinas Hulpgemaal De Fabriek y una aplicación con audio que puedes usar durante tu visita a Kinderdijk.
Cruceros en Kinderdijk
Pero la mejor opción sin duda para los que visiten Kinderdijk es la de subirse a uno de sus barcos turísticos y disfrutar así de las vistas de los molinos desde el agua mientras que un guía entusiasta va explicando detalles sobre el lugar.
Existen dos tipos de crucero: el hopper (con cinco paradas) o el cruiser (recorrido exprés de 30 minutos). Con el tiquet del crucero hopper tienes acceso gratuito a todos los molinos museo de Kinderdijk y puedes ver una corta película explicativa sobre Kinderdijk en la sala de máquinas Hulpgemaal De Fabriek y hacer uso de la aplicación con audio sobre Kinderdijk.
Los barcos turísticos parten desde el embarcadero del centro de visitantes de Kinderdijk y los tiquets se pueden comprar tanto en línea como en taquillas.
Especial para grupos es el barco histórico Jantina, que desde 1895 surca por los canales de Kinderdijk.
Visita guiada a Kinderdijk
También es posible reservar una visita guiada a Kinderdijk desde Ámsterdam. De este modo te aseguras la entrada a los molinos-museo de Kinderdijk y de la presencia de un guía experto en todo momento.
Qué ver y qué hacer en Kinderdijk
El conjunto de 19 molinos que conforman Kinderdijk es un lugar maravilloso que atrae a miles de visitantes al año. La estampa no podría ser más holandesa: una hilera de molinos a ambos lados de un canal el cual no parece tener fin y por donde uno puede pasear, ir en bici o navegar en barco. Pero una visita a Kinderdijk es mucho más que hacerse fotografías con los molinos. Kinderdijk es un viaje en el tiempo donde el visitante experimenta la historia de los molinos de viento y la constante lucha contra el agua de los holandeses.
Molinos de Kinderdijk
La principal atracción turística del lugar son obviamente los 19 molinos de viento de Kinderdijk. Estos fueron construidos alrededor de 1740 como parte de un sistema de gestión del agua que evitaba inundaciones y que permitía mantener secas las tierras bajas del Alblasserwaard, llevando el agua que sobraba hasta el río De Lek.
De los 20 molinos que conformaron Kinderdijk, sólo 19 siguen en pie, la mayoría de ellos todavía en funcionamiento y habitados por familias, y tres de ellos abiertos al público como museo.
Los molinos se encuentran a ambos lados del muelle Molenkade Nederwaard, en los pólderes del Alblasserwaard, y están conectados entre ellos por un sinfín de caminos y puentes.
En los molinos-museo de Kinderdijk es posible encontrarse con auténticos molineros, que son fácil de reconocer por sus típicos monos de trabajo y zuecos de madera. Los molineros no sólo se encargan de hacer funcionar el molino, sino que además están encantados de hacer recorridos por el molino con los visitantes, explicar su historia y contestar preguntas.
Todos los molinos de Kinderdijk pertenecen a la categoría de poldermolen, ya que su función era la del drenaje del agua, o lo que es lo mismo, bombear el agua de un nivel inferior a un nivel superior gracias a la fuerza del viento. Asimismo, en tiempos de sequía también era posible hacer fluir el agua hacia atrás, resolviendo así los problemas de agua que pudieran tener los campesinos y habitantes de la zona.
Además de molinos, el visitante también puede admirar durante su visita todo tipo de vías fluviales, diques, compuertas y estaciones de bombeo y descubrir así cómo los holandeses han conseguido dominar el agua para su propio beneficio durante miles de años.
Molino-museo Blokweer
Aunque los molinos de Kinderdijk son todos muy parecidos los unos de los otros, entre ellos hay uno que destaca por su singularidad: es el molino de Blokweer, de 1630 pero restaurado en 1997.
Siendo este el molino más antiguo del conjunto, destaca además por su estructura de madera de base piramidal, típica de los molinos llamados wipmolen y que se empleaban al igual que los poldermolen, para el drenaje del agua.
El molino Blokweer alberga en la actualidad un museo, el Museummolen Blokweer, en el que se puede ver cómo era la vida de la familia de un molinero en el año 1950. En él se explica además de forma muy visual cómo funciona el sistema de gestión del agua en Kinderdijk, cosa que lo hace de lo más educativo y apto para ir con niños.
Molino-museo Nederwaard
El molino de Nederwaard es el segundo molino abierto al público de Kinderdijk. Se trata de un molino de viento de piedra del tipo grondzeiler de 1738 que todavía conserva la decoración interior de sus últimos habitantes.
En el Molenmuseum Nederwaard se expone lo que es la historia de Kinderdijk y el visitante puede ver cómo funciona un molino de viento por dentro.
Molino-museo Overwaard
En el Molenmuseum Overwaard y el granero educativo contiguo, todo gira en torno a la tecnología. De hecho, este molino de 1740 era el único de su tipo que podía moler el agua en ambas direcciones.
En la actualidad este molino sólo se puede visitar con uno de los barcos turísticos que recorren Kinderdijk y que hacen parada aquí.
Estaciones de bombeo de Kinderdijk
Otra parte menos conocida de Kinderdijk, pero igual de importante, es la de sus estaciones de bombeo y salas de máquinas, al principio de vapor y luego de electricidad y de diesel, y en la actualidad operadas por ordenadores.
Las estaciones de bombeo están ubicadas en el punto más bajo en Kinderdijk y descargan el exceso de agua al río De Lek.
Interesante de ver son las modernas estaciones de bombeo de drenaje J.U Smit y G.N. Kok, y la ya inactiva estación de bombeo Wisboom de 1868, donde ahora se ha instalado una tienda de souvenirs y cafetería y donde uno puede descubrir cómo funcionaban estas estaciones de bombeo en la antigüedad.
En la sala de máquinas de Hulpgemaal De Fabriek es donde se exhibe la película introductoria a Kinderdijk a todos los visitantes que compran tiquets para visitar los molinos o hacer un crucero.
Pólderes de Alblasserwaard
Los famosos molinos de viento de Kinderdijk se elevan sobre los pólderes de Alblasserwaard, una zona pantanosa que debido a la proximidad ciudades comerciales ricas, atrajo ya en el pasado a muchas personas. De ahí que se construyera un dique y se secara la zona con la ayuda de molinos.
Es interesante pues, saber que cuando uno visita Kinderdijk, está viendo asimismo una auténtica obra de ingeniería made in Holland.
Los pólderes de Alblasserwaard son además un bello paraje natural por donde pasear o ir en bici, avistar aves o practicar hobbys como la pesca.
Tiendas de souvenirs
Tanto en el centro de visitantes de Kinderdijk, en la antigua estación de bombeo Wisboom o en el edificio adyacente en la entrada de Kinderdijk, es posible comprar algún souvenir o regalo de recuerdo de tu visita a Kinderdijk.
Dónde comer en Kinderdijk
Son varios los puntos en los que se ofrece comida en Kinderdijk. Ya sea un café o algo de picar como un bocadillo o un helado en verano o un chocolate caliente en invierno. Por ejemplo: en el centro de información de los visitantes, el molino Blokweer o la antigua estación de bombeo Wisboom.
Otra opción es la de visitar el restaurante Grand Café Buena Vista, especializado en la cocina francesa y con una acogedora terraza a pocos metros del centro de información para visitantes.
Dónde dormir en Kinderdijk
Quien lo desee puede prolongar su estancia en Kinderdijk alojándose por ejemplo en las cercanas poblaciones de Lekkerkerk, Alblasserdam y Oostendam. Algunas sugerencias en la zona son el boutique hotel Hippe Hendrik, el acogedor B&B Theetuin Onder de Pannen o el cómodo hotel Fletcher Hotel-Restaurant de Witte Brug.
Historia de los molinos de Kinderdijk
Hace más de mil años, toda esta zona era un gran pantano encajado entre ríos embravecidos y el rugido del mar. Los cazadores y pescadores sólo venían aquí en verano, cuando el agua estaba lo suficientemente baja.
Fue gracias a el conde Floris V en el siglo XIII que se empezaron a construir diques para mantener fuera las aguas del río. Pero para que se pudiera hacer uso de la tierra era necesario desecar el espacio, de ahí que se excavaran canales que se encargaban de llevar el agua hacia el río.
No fue hasta después de la tormentosa noche de noviembre de 1421, que destruyó los ya maltrechos diques, que se decidió por hacer uso de la fuerza de los molinos para drenar el agua.
Gracias al constante drenaje de la zona el número de habitantes de Kinderdijk y alrededores creció, en parte atraídos por el auge de ciudades de la zona como Dordrecht.
Los 19 molinos restantes y las casas del pueblo de Kinderdijk, que todavía hoy se sitúan más elevadas alrededor del dique, nos recuerdan el pasado de este lugar y su constante lucha contra el agua.
En 1997 el complejo fue agregado a la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, lo que le aporta fama mundial y hace que cada año lo visiten miles de turistas.
Fotos de Kinderdijk
Preguntas frecuentes sobre Kinderdijk
Los molinos de Kinderdijk son uno de los principales atractivos de los Países Bajos y uno de los lugares más fotogénicos y fotografiados del país, aunque según los expertos, las mejores imágenes (y con menos gente) se consiguen al anochecer. Otro momento muy popular para visitar los molinos de Kinderdijk es durante la semana del Verlichtingsweek (durante la primera semana de septiembre de lunes a sábado), durante la cual los molinos son iluminados de forma especial.
Kinderdijk se conocía originariamente como Elshout. El nombre de Kinderdijk, que significa «dique de niños», se le dio pues después y su origen conoce varias leyendas. Una de estas está relacionada con la devastadora tormenta de 1421, en la que se rompieron los diques y se inundó la zona, pero para sorpresa de muchos, hubo un bebé que sobrevivió el desastre durmiendo en su cuna. Otra historia cuenta que el nombre surgió porque el dique se creó con el trabajo de niños, otra porque un tal Jan que vivía por allí tenía muchos niños y se le conocía como «Jan der Kindere», y la última porque el dique en cuestión era más pequeño que otros diques de la zona.