Los beguinarios son hoy oasis de tranquilidad en muchas ciudades holandesas. Los más antiguos comenzaron a emerger en el siglo XII. En un momento dado, llegaron a haber docenas de estos beguinarios, y aunque muchos han desaparecido con el tiempo, los han que todavía han perdurado. ¡Esta es su historia!
Remansos de paz dentro de la ciudad
Los beguinarios de Flandes son conocidos mundialmente por su belleza y valor histórico. Su importancia es tal que algunos de ellos incluso han sido incluidos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. En Holanda tenemos la suerte de tener todavía algunos ejemplos de beguinarios que se construyeron en época medieval. A continuación te explico qué eran y el porqué de su existencia.
¿Qué eran los beguinarios y quién vivía en ellos?
Los beguinarios eran el lugar donde vivían unas comunidades de mujeres beatas dedicadas a la caridad. Originarias de los Países Bajos y Bélgica en el siglo XII, las beguinas eran mujeres solteras y devotas que buscaban vivir una vida espiritual comprometida sin tomar votos religiosos formales.
Aunque compartían similitudes con las monjas, las beguinas no eran monjas, ya que no profesaban votos perpetuos. Estas optaban por la autonomía personal y comunitaria, viviendo en casas comunales conocidas como beguinajes, beaterios o beguinarios donde los hombres no eran bienvenidos.
Las mujeres solteras podían mudarse al beguinario en cualquier momento de sus vidas. Tanto si eran viudas ya mayores como niñas a partir de los 12 años. Las nuevas residentes vivían primero algún tiempo en una casa compartida. Después de un período de prueba de año y medio, podían comprar o alquilar una casita dentro del beguinario.
Algunas de las reglas de vida a las que las mujeres debían adherirse eran por ejemplo el voto de castidad y la ropa: todas llevaban un manto gris.
Las beguinas llenaban sus días con actividades como hilar, tejer y enseñar a niñas. Además, dedicaban mucho tiempo a la oración y a menudo asistían a la iglesia.
Este movimiento atrajo a mujeres de diversas clases sociales, quienes optaron por una vida comunitaria centrada en la oración, el trabajo y el servicio a los necesitados.
¿Dónde estaban los beguinarios?
Los beguinarios o begijnhoven se situaban a menudo cerca de una iglesia u hospital y constaban de una fila de casas sencillas alrededor de un patio. Actualmente, solo unos pocos beguinarios sobreviven en Holanda: en Amsterdam, Breda, Delft, Leiden y Haarlem.
Los beguinarios hoy en día
Con la Reforma y la Guerra de los Ochenta Años, el papel de los beguinarios en Holanda cambió completamente. Los Países Bajos se volvieron protestantes y la fe católica fue prohibida. En consecuencia, el movimiento beguino experimentó un importante declive, perdiendo muchos de sus privilegios.
Por suerte, hoy en día el legado cultural e histórico de estas comunidades todavía perdura y son varios los beguinarios que todavía se conservan en el país, aunque muchos de ellos con nuevos fines.
1. El Beguinario de Ámsterdam
Situado en el centro de la capital de los Países Bajos, el Beguinario de Ámsterdam continua siendo un refugio de tranquilidad dentro de la bulliciosa ciudad. Fundado en el siglo XIV, este beguinario albergaba a mujeres devotas que buscaban una vida de oración y servicio en medio del ajetreo urbano.
Aunque gran parte de su estructura original fue destruida durante los años de la Reforma Protestante, algunos vestigios de su pasado persisten en los edificios restaurados que aún se conservan alrededor del patio.
Un dato curioso es que el Beguinario de Ámsterdam se sitúa casi un metro más bajo que el resto del centro urbano, en el nivel de la calle medieval.
2. El Beguinario de Breda
En la ciudad de Breda nos encontramos otro bello ejemplo de beguinario. El Beguinario de Breda era otro enclave de espiritualidad de la comunidad beguina en la época medieval. Construido en el año 1535, este destaca por su arquitectura y su atmósfera serena.
En la actualidad todavía da cobijo a mujeres solteras y conserva muchas de las antiguas tradiciones del lugar.
3. El Beguinario de Delft
En el casco antiguo de Delft también encontramos los restos de un antiguo beguinario, el Bagijnhof de Delft. La referencia más antigua al beguinario de Delft data del año 1271. Probablemente fue fundado por María van der Made, cuyo hermano Bartolomé fundó la Iglesia Vieja de Delft.
El beguinario de Delft es ahora una plaza en la cual se alberga uno de los secretos mejor guardados de Delft: la iglesia clandestina del Bagijnhof, una magnífica joya del barroco del año 1743.
4. El Beguinario de Leiden
En Leiden hubieron hasta cuatro beguinarios: el Beguinario de Agnieten, el Beguinario de San Pancras (todavía parcialmente visible en el Hofje de Mierevelt), el Beguinario de Pieter Simonsz., y el Beguinario de Faly, parte del cual todavía existe pero ahora es utilizado por el Museo Nacional de Antigüedades.
5. El Beguinario de Haarlem
Un beguinario que ha hecho un cambio realmente sorprendente es el antiguo beguinaje de la ciudad de Haarlem. El lugar que antaño albergó el beguinario de Haarlem – la plaza donde está situada la iglesia de Waalse Kerk – es desde la Reforma Protestante la zona de prostitución de la ciudad, por lo que ahora en las ventanas de las antiguas casas de las beatas lucen las típicas cortinas rojas.
¿Conocías esta historia y estos lugares? Recuerda que si quieres visitar uno de estos beguinarios donde todavía vive gente, es importante que lo hagas respetando la intimidad y el silencio del lugar.