El Paleis Het Loo (Palacio Het Loo en español) es una antigua residencia de la familia real holandesa del siglo XVII. Conocido como el Versalles holandés, el Palacio Het Loo fue el lugar donde los Orange venían a relajarse. Desde 1984 que el palacio y sus hermosos jardines están abiertos al público y se pueden visitar.
Cómo llegar al Palacio Het Loo
El formidable palacio de la familia real holandesa, el Paleis Het Loo, se encuentra en una zona boscosa cercana la población de Apeldoorn, en la provincia de Güeldres.
La manera más sencilla de llegar al Palacio Het Loo es en coche. Para ello tienen una zona habilitada como aparcamiento muy cerca de la entrada al palacio. La tarifa para aparcar es de 7,50€ por vehículo.
Otra manera de ir al Palacio Het Loo es en transporte público, por ejemplo en autobús.
Entradas para el Palacio Het Loo
Para entrar al Palacio Het Loo es necesario comprar entradas. Las entradas se pueden adquirir en taquilla o con antelación por internet.
Estas incluyen una audioguía que puedes ir escuchando durante la visita y que te cuenta más sobre la historia de este lugar.
La entrada te da asimismo acceso a todo el conjunto histórico: el palacio, los establos y los jardines.
Precio entradas Palacio Het Loo
Entrada adultos | 19,50€ |
Entrada niños (4-12 años) | 9,50€ |
También existe la posibilidad de comprar una entrada por un precio más reducido y que sólo te da acceso a los establos y los jardines.
Los que dispongan de una tarjeta como la Museumkaart, Vriendenloterij VIP-KAART, ICOM-kaart o Rembrandtkaart tienen asimismo entrada gratuita al Palacio Het Loo.
Qué ver en el Palacio Het Loo
Durante más de 300 años, los Orange vivieron y trabajaron en el Palacio Het Loo. Era su residencia de verano y el lugar donde pasaban las vacaciones, recibían invitados, iban de cazaba… El conjunto histórico es ahora un museo y se puede visitar tanto por dentro como por fuera.
Los establos reales
La visita al Palacio Het Loo empieza por los establos reales, donde hay una exposición de diferentes carruajes históricos que utilizaron los Orange. Desde carritos de bebé hasta carruajes de caballo y auténticos oldtimers.
El edificio de los establos es ya de por sí toda una joya arquitectónica que bien merece una visita.
Visita al Palacio Het Loo
Pero sin duda lo más impresionante es adentrarse en el Palacio Het Loo y caminar por todas sus estancias y ver la sala de los banquetes, la cocina… y las habitaciones que pertenecieron a los diferentes miembros de la familia real.
Cada habitación está perfectamente decorada tal y como fue en su época y es una buena muestra de la riqueza y de cómo vivían antiguamente los aristócratas.
Gracias a la audioguía uno aprende además parte de la historia de los habitantes del Palacio Het Loo.
Los jardines del Palacio Het Loo
Los jardines que se abren enfrente el Palacio Het Loo son otra de las razones por las que este palacio recibe el sobrenombre del Versalles holandés.
El jardín del Palacio Het Loo es único en su clase, ya que se trata de la única reconstrucción de un jardín barroco en los Países Bajos.
Es un jardín simétrico con muchos parterres, impresionantes fuentes, esculturas, y plantas y flores de todas clases.
Uno de los lugares que más destaca en el jardín es la fuente de Koningssprong, el Salto del Rey. Una fuente que brota a más de trece metros de altura y que en su época fue la fuente más alta de Europa.
Los bosques de Kroondomein Het Loo
Al lado del Palacio Het Loo queda el Kroondomein Het Loo: una propiedad de 10.500 hectáreas que pertenece a los Orange y que se puede visitar comprando un pase especial.
En los vastos bosques y brezales de Gortel, Hoog Soeren y Uddel uno respira paz y tranquilidad.
Aquí también se encuentra el pequeño castillo Het Oude Loo. Este fue justamente el castillo que el estatúder Guillermo III y la princesa María compraron en 1684 como residencia de verano. Más tarde, en 1685, la pareja hizo construir una nueva residencia al lado: el Palacio Het Loo.
Tanto el castillo Het Oude Loo como los jardines en sus alrededores no son accesibles al público, ya que siguen perteneciendo a la familia real. Sólo durante dos meses al año, normalmente en abril y mayo, es posible entrar al parque de Het Oude Loo.
Cafetería, restaurante y tienda en Palacio Het Loo
Si te entra hambre durante la visita al Palacio Het Loo, son varias las opciones que tienes para comer a tu disposición. Desde carritos de comida rápida en los jardines, hasta el hermoso restaurante Restaurant Balzaal (al lado de la entrada a palacio) o el café Grand café prins Hendrik garage (delante de los establos).
También disponen de una tienda repleta de souvenirs.
Eventos en el Palacio Het Loo
Paleis Het Loo es además de museo, un lugar donde se celebran varios eventos durante el año, tales como conciertos y mercadillos navideños.
Historia del Palacio real Het Loo
En 1684 el estatúder Guillermo III y la princesa María Stuart compraron un pequeño castillo llamado Het Oude Loo como residencia de verano. Su localización en los bosques del Veluwe era ideal para la caza.
Un año después hicieron construir un palacio todavía más grande en las proximidades: Paleis het Loo. Guillermo contrató a Daniël Marot (1661 – 1752) como arquitecto durante la construcción del ‘nuevo’ Loo.
A raíz de su coronación como reyes de Inglaterra, Escocia e Irlanda en 1689, Guillermo y María ampliaron el Palacio Het Loo, que pasó de ser una modesta residencia de verano a un palacio regio con hermosos jardines y pabellones, muy en línea con su nuevo estatus.
En 1795 el ejército francés invadió los Países Bajos y el estatúder Guillermo V y su familia huyeron. Los soldados franceses saquearon el Palacio Het Loo, que pasó a ser la residencia de Luis Napoleón en 1806.
Luis Napoleón hizo cambiar el color de la fachada a un tono blanco grisáceo, lo que le dio el sobrenombre de «Het Witte Loo» (el palacio blanco).
Más tarde, el palacio volvió a las manos de la familia real holandesa, y fue el lugar en el que por ejemplo la reina Guillermina decidió pasar su vejez después de su abdicación en 1948.
El palacio abrió al público por primera vez en 1984, después de una importante restauración en la que se le devolvió el aspecto original, y es desde entonces una gran atracción turística.